sábado, 30 de abril de 2011

Els reptes de la xarxa i el futur del paper

Entre los días 29 y 30 de abril se ha celebrado la 6a trobada de joves lectors en el pueblo de Canyamars (Barcelona) con el objetivo de reunir a estudiantes de Periodismo de las comunidades catalana y valenciana, y para poner sobre la mesa aspectos que nos afectan ahora, y en nuestro futuro como periodistas. Entre los debates que más agitación provocaron fue el que cuestionaba la actuación de Wikileaks, fenómeno de trascendencia mundial que ha destapado millones de acciones no éticas de los gobiernos, especialmente del estadounidense.

Wikileaks... ¿Sí o no?
Tras el visionado del documental 'WikiRebels' que ofreció Tv3 en su programa 30 minuts, nos pusimos a discutir sobre si se ha de revelar o no las fuentes que avalan las noticias. "Si a mi me afectaran las informaciones, yo quisera saber quién las ha filtrado" afirmó Vicent Partal, profesor de Lingua Món y editor de Vilaweb, quien sostenía que no por el hecho de ser secreta una información había de ser importante. En cambio, los jóvenes rebatieron el hecho de que estas dosis de realidad en imágenes son necesarias ya que evidentemente todos estamos convencidos de que las guerras son malas, pero si nos enseñan cómo un soldado estadounidense mata a una familia que camina por las calles de Irak sin arma alguna y sin intención de hacer daño, a nosotros nos despierta el sentimiento de indignación en mayor medida. Nos motiva para destapar las injusticias, para desnudar al poder corrupto. El gobierno estadounidense tiene derecho a ocultar información, eso es derecho a la intimidad, está claro, pero no tiene derecho a vulnerar la intimidad de sus ciudadanos. Si hay información secreta, y además es importante, algo huele mal en su tapadera.

Por tanto, tratándose de Wikileaks, hay una cierta tendencia a creer a los responsables de las noticias que salen a la luz y que perjudican con las informaciones reveladas a las organizaciones de poder. Éstas han intentado pararles, pero no lo han conseguido. Y mientras tengan el apoyo de los ciudadanos, su credibilidad sea defendida, y los periodistas antepongamos la ética y la moral por encima del dinero, las bocas no callarán.

El papel... ¿morirá?
No. Ha sido la conclusión más rotunda que se ha querido demostrar en esta congregación. Es evidente que el papel ha sufrido las pérdidas económicas que se ha llevado la tinta digital, pero no hemos de olvidar que se trata de otro mundo. Otra forma de periodismo, el tradicional, el de nuestros padres y abuelos, el de un público que busca otros contenidos que no encuentra en la red. Y ahí es donde entramos nosotros como periodistas. Nuestra labor consiste en mantener esta calidad de los contenidos por encima de la inmediatez que podemos ofrecer con los contenidos en medios digitales. Si yo quiero saber una noticia que ha sucedido hace apenas unos minutos, yo enciendo la tele. Yo entro en Internet, o escucho la radio. Ahí es donde encontraré lo que en este momento quiero saber: qué y dónde. El periódico mañana me contará con detalles porqué una bomba a matado a mil personas en Irak, o de qué escala era el terremoto que sacudió ayer a media China. Diferentes lectores, diferentes vías. El periodismo de prensa tiende a mostrar un análisis más profundo de los hechos, el lado más humanitario, una subjetividad más específica. Creemos, por tanto, en la especialización.

Cartel de la 6a trobada
¿Cualquiera puede ser periodista?
Claro que no. Sólo faltaba. Pero sí tenemos un obstáculo que cabe esquivar, la banalización de la información debido a las redes sociales. Quien tenga un móvil -hoy en día todo el mundo- puede decir qué ha pasado en un hecho que presencie. Qué ha pasado sí, porqué o cómo, no. La interpretación de los hechos es lo que nos dota de profesionales frente a los incorrectamente llamados periodistas ciudadanos. Es un hecho contra el que no podemos luchar, es decir, no podemos estar en todas partes y resulta claro que una persona quiera transmitir en 140 caracteres lo que acaba de ver. Por eso nuestra tarea en este aspecto es la compenetración, el saber aprovechar la información de esa persona que te está diciendo que acaba de presenciar un accidente en directo en la nacional siete. Tú, periodista, ve y pregunta qué ha visto, cómo. Sé un profesional de la información, que para eso has estudiado cinco años de Periodismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario