domingo, 15 de mayo de 2011

La SGAE, ese organismo desconocido

Generalmente a la Sociedad General de Autores y Editores, ese organismo desconocido para muchos, se le tiene cierto rechazo. No solo la gente de la calle, sino que esta sociedad es objeto de mofa en programas de humor y criticado frecuentemente tanto en televisión como en la radio y en la prensa. No nos resulta extraño escuchar a Buenafuente haciendo un chiste sobre Ramoncín -miembro de la Junta Directiva de la SGAE, durante 20 años, hasta el 2007 y ex presidente de ella-, o leer en los diarios noticias en las que este organismo demanda a alguien por uso indebido de un contenido protegido por los derechos del autor. Asociamos a la SGAE con el concepto de censura, con el dominio y poder de protección de los contenidos audivisuales de los autores, y normalmente, con la acepción de 'contraria al usuario'. Pero no la reconocemos por su contribución al fomento de la cultura, en tanto que hace posible su difusión a través de eventos como conciertos, premios a los jóvenes emprendedores, ayudas a proyectos culturales como los musicales, cinematográficos, etc. Para conocer todas las ventajas que ofrece, tan solo tenemos que hacer un 'click' en su página web http://www.sgae.es/.
 


Aquí también podemos conocer los estatutos por los que se rige esta sociedad, algo que si hoy en día se tomara en consideración evitaría muchas de las demandas que acostumbramos a recibir envueltas en noticias. Ésta por ejemplo, es la última noticia que se ha publicado esta semana en internet sobre la SGAE, y, como ya hemos comentado al principio, la imagen que refleja no es 'demasiado positiva':

Desestiman la demanda de la SGAE y Ramoncín contra una web por comentarios de los usuarios

El cantante, escritor y presentador, Ramoncín
Si pinchamos en el título, accedemos a la noticia, y podemos ver que los medios de comunicación podemos tratar temas polémicos de forma que el lector adquiera un rechazo a este organismo, pues en este caso, la demanda de la SGAE se dirigía a un usuario de Internet. Un bloguero, que bien puede sentirse identificado el usuario que está leyendo la noticia. El cuarto poder nos llaman, a los medios de comunicación, el cuarto poder influyente en la opinión pública, y como tal, tenemos el compromiso de contribuir a la difusión de la cultura entre la población. Ciudades como Madrid o Barcelona el trabajo de promoción no es tan arduo como lo pueda ser en ciudades ya no más pequeñas, sino menos asociadas a la oferta de trabajos relacionados con la cultura, o a profesiones más artísticas que necesitan de grandes escenarios para su desarrollo. Ciudades como Alicante, Sevilla, Elche, Valencia, etc. son las que han sido descuidadas por organismos que se encarguen de la difusión de la cultura. La afirmación que mejor se sostiene es, por tanto, que la oferta cultural camina de la mano con su promoción.

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