martes, 26 de octubre de 2010

Nuestros intereses proyectan la percepción del mundo

El aprendizaje desde que somos niños pasa por la observación del entorno y la imitación de los comportamientos adquiridos. Así es como pro ejemplo, un niño aprende el lenguaje y el habla, ya que imita el comportamiento de los padres y de su entorno cuando dice "mamá, papá, bibe..." Incluso realiza los primeros intentos de conjugar verbos que comienza a asimilar siguiendo una lógica,  cuando dice "no cabo" o "andé mucho". Este tipo de educación es llamada informal, puesto que no es promovida por una institución intermediaria entre el sujeto que enseña y el sujeto que aprende. Es este segundo caso, lo que conocemos por educación formal, la persona aprende los conocimientos bajo una organización y una estructura de aprendizaje proveniente de una institución. En cualquier caso, en ambos tipos de educación, existe un cierto grado de comunicación. Comunicación verbal (palabras, sonidos), no verbal (gestos, movimientos, señales), visual, corporal... Pero siempre comunicación.
Y no siempre aprendemos lo que el emisor pretende enseñarnos, pues nuestro interés tiende a centrarse en aquella información que, obviamente, tiene un valor en nuestro día a día. Es decir, que existe un conocimiento significativo al cual estamos dispuestos a prestarle atención para interiorizarlo en esa base de datos que es nuestro cerebro. Nosotros por ejemplo, futuros periodistas, el año que viene tendremos un consensuado problema rondando por nuestras cabezas... La búsqueda de empleo. Por ello, toda la información que ahora mismo nos resulta útil para que el año que viene tengamos un sueldo, un trabajo, una estabilidad, etc., intentamos adquirirla activando todos nuestros sentidos.
Esta reflexión desemboca en varios puntos de partida que se relacionan con nuestro oficio, el de periodista, intermediario y comunicador entre la realidad y la sociedad. Así pues, "la percepción del mundo va por intereses". Primer punto.
Segundo, para educar, es necesario conocer la situación inicial del receptor y, sobre todo, cuáles son sus intereses y aquello que le motiva, es decir, encuadrar al receptor en una realidad. En este aspecto, el periodista se dirigea un público muy amplio, con diferente nivel cultural y también muy sectorizado en según qué temas. Es decir, existen varios niveles incluso dentro de las diferentes secciones de la parrilla informativa. Por ejemplo: hay quienes les gusta la economía, pero no sabrían explicar qué es el IBEX 35 como lo sabría explicar un público entendido en la materia que también ve el informativo de las tres.
Y tercer punto: la tecnología. Ésta influye en el aprendizaje, ya que los cambios tecnológicos suponen también una modificación de las formas de enseñar tradicionales o convencionales.
Hoy en día, podemos aprender viendo un tutorial en Youtube, estudiando en un libro de nuestro ebook, o a través de las imágenes multimedia que recibe nuestro iphone.

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